Más allá de Pokémon Go: cómo la realidad aumentada cambiará la forma de hacer casas
Cazar criaturas salvajes que campan a sus anchas por nuestras ciudades y solo podemos ver a través de nuestro ‘smartphone’ se ha convertido en la forma de entretenimiento más exitosa de este 2016.
De hecho, cada nueva actualización de Pokémon Go supone una buena nueva para los entusiastas de la búsqueda y captura de estos seres virtuales.
Ahora bien, ni los pokémones van a ser los únicos protagonistas de la realidad aumentada ni esta tecnología servirá exclusivamente para pasar un buen rato. Hay al menos un importante sector económico que puede beneficiarse considerablemente de ella: el de la construcción. De hecho, ya hay arquitectos que están experimentando con ella para optimizar el diseño de los edificios.
Uno de los pioneros en este ámbito es Greg Lynn, arquitecto y profesor de la Escuela de Artes y Arquitectura de la Universidad de California en Los Ángeles. Seleccionado para representar a Estados Unidos en el pabellón de la Bienal de Arquitectura de Venecia, Lynn ha innovado en el evento presentando un futurista complejo arquitectónico que ha concebido con ayuda de las gafas de realidad aumentada Microsoft HoloLens.
Diseñando el futuro con HoloLens
Reconvertir la abandonada fábrica de automóviles Packard, uno de los antiguos iconos de la ahora decadente Detroit, en un futurista e imponente complejo formado por dos edificios de cinco plantas, unidos por pasarelas móviles de singulares formas. Este ha sido el objetivo de Lynn, que ha presentado en la Bienal su Centro de Ejecución, Conocimiento e Innovación, sobrevolado por drones encargados de transportar mercancías. No en vano, formaba parte de la exposición ‘La imaginación arquitectónica’, que muestra posibles proyectos arquitectónicos del porvenir.
Los visitantes de la Bienal tienen la oportunidad de comprender el trasfondo del proyecto de este arquitecto poniéndose las Microsoft HoloLens. Sin embargo, las gafas no solo han ayudado a Lynn a enseñar mejor al público los entresijos de su diseño, sino que también le han servido para desarrollarlo. Con ellas en la cabeza, y utilizando el ‘software’ de realidad mixta Trimble que permite convertir sus modelos en 3D en hologramas, el profesor de la Universidad de California ha conseguido acelerar el proceso de diseño significativamente.
“Tener la posibilidad de animar [los modelos] con un flujo simulado de equipos y personas, y además dar un toque más detallado al contenido digital del modelo en el espacio, es fascinante”, ha explicado Lynn.
Al conciliar el mundo físico y el virtual, este novedoso método le ha permitido enfrentarse mejor uno de los mayores retos a los que se enfrentan los arquitectos: ver cómo quedará su obra en el mundo real y a la escala adecuada. De esta forma, es mucho más fácil que estos profesionales tomen decisiones rápidamente.
“Modificará la forma en la que los arquitectos trabajan y cambiará su papel”, asegura Lynn con rotundidad. El creador del futurista Centro de Ejecución, Conocimiento e Innovación que algún día podría llegar a construirse parece convencido de que la realidad aumentada pasará a ser un instrumento de trabajo más para los arquitectos, ahorrando “dinero, errores y omisiones” en los proyectos y facilitando la comunicación con los clientes.
Aunque haya sido uno de los primeros en experimentar con las gafas de Microsoft, en realidad los de Redmond llegaron hace meses a un acuerdo con Trimble para impulsar la que esperan se convierta en una nueva tecnología al servicio de la arquitectura, la ingeniería y la construcción.
¿La próxima herramienta del sector del ladrillo?
Lynn está convencido de que la próxima revolución de la realidad aumentada no solo será en arquitectura, sino que afectará a todo el sector de la construcción. Las cintas de medir y los rollos de planos podrían ser sustituidos por sus homólogos virtuales, con los que también se podrá interactuar en el espacio físico mediante la realidad aumentada.
Ahora bien, ¿están las constructoras interesadas en la tecnología que este futurólogo considera tan innovadora? Algunos ejemplos demuestran ya sus potencialidades, aunque por el momento son escasos.
A la constructora estadounidense Gilbane le ha merecido la pena pagar los 3.000 dólares (2.600 euros) que cuestan las HoloLens. Se han ahorrado sumas mayores gracias a ellas. Comenzaron a utillizarlas hace unos meses, y les ayudaron a detectar un fallo a la hora de calcular el material de un edificio en Boston que les hubiera costado tiempo y dinero enmendar. Solo con la identificación de ese error, Gilbane ya ha amortizado el coste de las gafas.
Building Group Corporation Limited, una de las filiales de China State Construction Engineering (si no te suena el nombre, has de saber ocupa el puesto 27º en la prestigiosa lista de empresas más grandes del mundo Forbes 500), también va a colaborar con Trimble para explorar las posibilidades que abre la realidad mixta en el campo de la construcción.
La famosa compañía de ‘software’ Autodesk, que también está desarrollando un proyecto conjunto con Microsoft, pronostica incluso que los propios obreros llevarán las gafas puestas cuando estén construyendo un edificio para comprobar ‘in situ’ cuál debería ser el resultado final.
Eso sí, habría que estudiar detenidamente si realmente es viable que un obrero lleve estas gafas, menos robustas y resistentes al calor que las de seguridad, mientras trabaja. ¿Aguantará este delicado y caro dispositivo los avatares de la obra? ¿Ningún trabajador se pondrá en riesgo por llevarlas encima? Aunque aún es pronto para predecir qué usos concretos tendrá la realidad aumentada en el sector del ladrillo, lo que parece claro es que arquitectos y constructores podrían usarlas para mucho más que divertirse.