Latam
24 /07 / 2018

Los estadios de madera podrían ser la próxima tendencia en la arquitectura deportiva

Este artículo fue publicado originalmente por Redshift de Autodesk como "¿Podría la construcción de un estadio modular de madera cambiar el juego?"

Traducción por Plataforma Arquitectura, original por Redshift

Imagina un estadio deportivo que pueda expandirse y contraerse, entregando un increíble avance para la tecnología de la construcción.

Infinitamente modular y fabricado con una madera maciza de muy bajo impacto, esta visión de una construcción baja en carbono, concebida por el fabricante de madera Rubner Holzbau y el diseñador de estadios prefabricados Bear Stadiums, pronto podría materializarse en un campo de fútbol.

Los estadios de Bear Stadiums y Rubner Holzbau se realizarán con madera de abedul nórdica encastrada en madera laminada encolada, que se enviará a la ubicación y se ensamblará en el sitio. El tamaño de estos estadios va de pequeño a mediano, de 1.500 a 20.000 asientos, con un completo y variado diseño de  organización.

Ambas compañías tienen su sede en Italia y prevén que sus primeros proyectos sean estadios de fútbol; sin embargo, anticipan que muchos deportes al aire libre, como el rugby, el cricket y el béisbol, podrían ser abordados. Rubner Holzbau ya ha construido numerosas estructuras de madera a gran escala, desde edificios rurales hasta grandes infraestructura, por toda Europa.

Al igual que la madera maciza, la fabricación de este sistema genera pocos gases de efecto invernadero, y su material primario -la madera- aisla el carbono. "El bosque no requiere ninguna forma de energía [externa] para crecer", dice el arquitecto Jaime Manca di Villahermosa de Bear Stadiums.

Villahermosa visualiza paneles solares y turbinas eólicas que hacen que estos estadios sean casi neutros cuando no se utilizan (a pesar de los intensos requisitos de iluminación de los días de juego). Este énfasis en las prácticas de construcción sostenible se alinea con la iniciativa Climate Neutral Now de la ONU, a la que se unió la organización de la FIFA, comprometiéndose a ser neutral con respecto al clima para la segunda mitad de este siglo.

La madera laminada encolada es un tipo de madera maciza compuesta que comprende tiras individuales de madera encoladas con fibras paralelas. Más consolidada en Europa que en los Estados Unidos, la madera maciza puede ofrecer eficiencias impactantes de resistencia a cargas, incluso en comparación con el acero y el hormigón, lo que permite edificios cada vez más grandes y más altos que requieren menos carbono. Las estructuras de este tipo, por ejemplo, pueden ser más fuertes que el acero y dos veces más ligeras.

El sistema modular Bear Stadiums utiliza celosías de travesaños diagonales de madera laminada encolada para soportar los elementos estructurales verticales y horizontales. Se unen con un sistema de acoplamiento de sujetadores de metal y se anclan a una plataforma de hormigón ligero. Es fuerte, pero "extremadamente flexible", dice Villahermosa. "El equipo de Bear Stadiums trabaja con las herramientas de diseño 2D y 3D de Autodesk", agrega, "tanto para el diseño general como para el diseño detallado, en colaboración con un estudio de arquitectura romano, que también prepara el diseño de utilidades y accesorios en BIM. "

La madera laminada encolada es interesante por su capacidad de doblarse y curvarse cuando está estresada. Esta flexibilidad adicional puede absorber las fuerzas destructivas de los terremotos y otros desastres, permitiendo que la estructura se doble sin romperse. "Dado que es un material extremadamente elástico, excelente en áreas propensas a terremotos, también debe hacerse más rígido mediante el uso de estas cerchas diagonales", señala Villahermosa.

Los estadios de Bear Stadiums y Rubner Holzbau han sido considerados por clubes de fútbol en las dos ligas más importantes de Italia, la Serie A y la Serie B. También han imaginado un mercado global para estos edificios, especialmente aplicable a presupuestos modestos en el mundo en desarrollo. Se proyecta que los costos por asiento de este sistema serán más bajos que los estadios tradicionales, y gran parte de la mano de obra puede ser realizada por trabajadores no calificados, aunque el 10% de la fuerza de trabajo requerirá conocimientos especializados en construcción modular de madera. Los estadios más pequeños se pueden armar en períodos de entre seis y ocho meses, mientras que los estadios más grandes pueden tomar casi un año.

Los diseños más grandes se distribuyen en tres niveles: vestuarios, oficinas y una enfermería en la planta baja; bares y restaurantes en el segundo nivel; y suites exclusivas en el nivel superior. En todos estos espacios los interiores son convencionales.

Este sistema modular permite que estos estadios puedan ocupar un término medio entre lo permanente y lo temporal. Los elementos estructurales están garantizados por 50 años, según Villahermosa, una duración mayor que muchos de los estadios en la actualidad. Sin embargo, al mismo tiempo, " pueden ser desmantelados y reconstruidos en otro lugar", agrega.

Gran parte de esta durabilidad está relacionada con las propiedades únicas de la madera. Debido a que la madera no se expande ni se contrae demasiado según los cambios de temperatura, en comparación al acero, es más fácil impermeabilizar y sellar. Y la madera no absorbe e irradia calor como las estructuras de hormigón o de acero, lo que es especialmente útil para lugares al aire libre que invitan a los clientes a sentarse al sol, en una tarde completa de deporte.

La unidad fundamental e indivisible del diseño del estadio es una sección de seis metros (aproximadamente 19,5 pies) que contiene 36 asientos. Este tamaño de unidad modular está determinado por las restricciones de los containers: dos secciones caben en un contenedor. La mayoría de las secciones de estos estadios, además del "tallo" principal, que alberga gran parte de la infraestructura sin asientos, se pueden agregar y restar a esta unidad modular individual.

Esta flexibilidad modular hace que estos estadios se sintonicen con los ritmos naturales del fútbol, ya que las reparaciones, adiciones y sustracciones pueden encajar fácilmente dentro de los 4 meses en que el deporte se mantiene "fuera de temporada".

Una queja común lanzada contra los estadios deportivos es que cuestan muchos millones y no se usan durante gran parte del año. Pero este nuevo tipo de flexibilidad modular insinúa estadios polivalentes que pueden servir para más eventos. De este modo, quizás la próxima generación de estadios deportivos pueda funcionar como espacio para festivales, sala de conciertos o un espacio de exhibición al aire libre durante su temporada baja.