Latam
18 /01 / 2016

Autodesk: El futuro del diseño digital

Entrevistamos en exclusiva a Paul Sullivan, Senior Manager Communications in Americas de Autodesk, quien compartió con nosotros los planes que esta compañía tiene a futuro y lo que podemos hacer con una herramienta como Autodesk.

“Impulsamos la creatividad —empieza Paul—. Lo que realmente hacemos es ayudar a los creativos a pensar y diseñar un mundo mejor”. Esa parece ser una frase con mucho peso y vamos desentrañando su real significado. ¿Es posible poder hacer un mundo mejor con la ayuda de la tecnología? La respuesta de entrada es sí.

Autodesk es una compañía con 32 años de existencia, una compañía que desarrolló un software que está presente en cada uno de los despachos de arquitectura del mundo. Paul nos dijo que todos los estudiantes tienen acceso libre a este software, para que lo conozcan y lo usen. Hoy los arquitectos, diseñadores y creativos en general pueden prescindir de la parte “aburrida” y usar ese tiempo para identificar ideas y hacer lo que esta herramienta no puede hacer: ser creativo. “Quiero un edificio con 400 departamentos, quiero que le dé el sol, que refleje la ciudad… y la computadora (que no sabe qué tipo de edificio es), toma los parámetros y te lo muestra traducido en 200 ideas”.

El diseño industrial también puede hacer uso de esta herramienta, de hecho Paul nos contó sobre una joven empresa estadounidense llamada Lightning Motorcycles que logró mejorar el rendimiento de sus motos gracias a Autodesk. De hecho, se jactan de manufacturar la motocicleta más rápida del mundo. A través de Autodesk pudieron no sólo crear una nueva coraza, más ergonómica y con más de medio kilo menos de peso. Todo lo anterior hubiera sido imposible de realizarse sin una impresora 3D y AutoCAD.

Paul nos dijo que uno de los problemas que se está presentando en la actualidad es que por un lado puedes construir un edificio o crear un objeto digitalmente, pero al momento de traducir este modelo a un objeto no siempre salen las cosas como queremos, pues son dos procesos completamente distintos. “Estamos tratando de digitalizar la construcción con robots, drones, escaners de láser, usando realidad virtual. Si un arquitecto quiere mostrarnos su diseño, podemos ver un render, pero no podemos ver el interior, en cambio si ambos usamos unos lentes de realidad virtual podemos no sólo ver, sino vivir el espacio”.

En China fue construido un edificio con AutoCAD, impresoras 3D que reciclaron el desperdicio de otras construcciones para crear un edificio sostenible, que fue pensado digitalmente y construido digitalmente. ¡Imaginen eso! Paul nos habló sobre BIM (Building Information Model) una colaboración y comunicación entre todos los procesos de construcción y que está sucediendo en casi todos los procesos de erección de los edificios más importantes, además de la prefabricación: el futuro de la arquitectura. “En el pasado los edificios se construían, en el futuro se van a ensamblar”. Una casa, un condominio, un hospital, un hotel podrán levantarse rápidamente al unir sus piezas como un lego: “el proceso será más rápido, más predecible y de mayor calidad, el costo es menor y los beneficios son muchos”, comenta Paul. También nos comentó sobre las impresoras 4D con las que los arquitectos y diseñadores podrán crear materiales completamente nuevos, inexistentes en la naturaleza y que puedan tomar la forma que se necesite. Esto servirá en lugares de difícil acceso como en el espacio o el fondo del mar. 

Si en tres décadas va a haber una migración masiva hacia las ciudades, quizá digitalizar todo el proceso constructivo sea la respuesta a la solución de vivienda y la solución debe realizarse pronto, porque va a haber una alta demanda. Paul nos hizo soñar en un mundo [posible] interconectado con sensores en una gran red con la finalidad de optimizar todo tipo de procesos: detectar fugas de agua, prender las luces una vez que se oscurezca, monitorear la salud de las personas, mejorar el pavimento de las calles, comunicarnos, recuperar el agua de lluvia, aprovechar la energía solar, etcétera. Así, imaginé a la Ciudad de México como una ciudad inteligente, autoresolviendo sus problemáticas y sus necesidades en cuanto surjan. Y si en 2018 ostentaremos el título de World Design Capital, deberíamos comenzar desde ya a sembrar las semillas de un bienestar que cosecharemos todos gracias al diseño.