Latam
30 /10 / 2018
Los trabajos del futuro y la automatización reactivarán el empleo en lugar de destruirlo
Sea cual sea el futuro de la creación de cosas, la automatización va a abrir un mundo de oportunidades.
Se trata de una cuestión que se ha planteado durante más de 50 años: ¿desaparecerán nuestros puestos de trabajo por culpa de los robots?
La cuestión es que quienes comentan que la automatización destruye el empleo han pasado por alto algo importante. El mundo necesita más edificios, infraestructuras y productos que todo el dinero, material o personas con que cuenta para construirlos.
Si nos fijamos en las infraestructuras del mundo desarrollado, nos daremos cuenta de que hay muchas cosas que hay que reconstruir: puentes desmoronándose y carreteras en malas condiciones. En los países emergentes, es necesaria la construcción de nuevas infraestructuras: vías de tren, carreteras, túneles y puentes. No existen, sin embargo, suficientes materias primas o dinero para hacer las cosas de la manera en que se han hecho en el pasado.
Mientras tanto se espera que la población mundial crezca hasta cerca de 10,000 millones antes de 2050, con un 75% de personas viviendo en las grandes ciudades. Esas personas, de las cuales la mitad serán de clase media, generarán más demanda de energía porque comprarán más coches, más neveras y más cosas en general.
Eso suena como un mal presagio para el planeta con su precariedad de recursos, pero en el mundo laboral del día de mañana, el aumento de la construcción y la producción se podría lograr usando los mismos recursos o incluso menos de los que se usan hoy en día. En un mundo automatizado, la tecnología aumentará la eficacia y hará disminuir los residuos, mientras que se asignarán más personas a más proyectos.
Robots = Nuevo empleo
Es cierto que algunos empleos no cualificados van a desaparecer debido a la automatización, pero eso no significa que vaya a faltar trabajo. Más bien lo contrario. Por ejemplo, a la vez que aumenta la demanda de infraestructuras, también lo hará la necesidad de personas con conocimientos especializados para adaptar, construir, gestionar y mantener los sistemas, al igual que serán necesarios los “cobots”, o robots colaborativos, para esos nuevos proyectos de construcción. Gracias a la tecnología, habrá una disminución de los residuos de obra, lo cual contrarrestará la proyección de costos por el aumento de proyectos. Eso significa que las empresas de ingeniería civil y construcción podrán construir cosas de forma más económica, con menos residuos, necesitando menos recursos para hacerlo, lo que les permitirá aprovechar mejor los ya existentes.
Las empresas podrán hacerse cargo de más proyectos con el mismo presupuesto al automatizar ciertas tareas, lo que redundará en que emplearán a más personas al poder abarcar más trabajo. Por lo tanto, si una compañía de ingeniería civil lleva a cabo un par de proyectos al año e incorpora un proceso altamente automatizado, podría duplicar o triplicar la cantidad de proyectos de los que se hace cargo anualmente y contratar a más personas para que realicen ese trabajo.
Consideremos lo siguiente: cuando los cajeros automáticos se introdujeron por primera vez en 1967, mucha gente predijo de forma inmediata el fin del empleado bancario. En el momento en que los cajeros se convirtieron en algo habitual en los años 80, el número de empleados de banca aumentó y siguió aumentando hasta que alcanzó su nivel máximo en 2006. En España desde septiembre de 2008 hasta finales de 2017 el reajuste de la banca se ha visto acompañado por una caída de algo más del 30% del número de empleados. En América Latina la tendencia global es que la tecnología reemplace a las tareas manuales.
Los bancos pudieron expandir su base de clientes y ofrecer nuevos servicios como tarjetas de crédito, hipotecas y cuentas de jubilación individuales (IRA por sus siglas en inglés), al desviar las operaciones de sacar y depositar dinero a las máquinas. Como consecuencia, los empleados pudieron progresar a puestos más lucrativos. Los cajeros automáticos no les quitaron el trabajo. La tecnología les permitió avanzar en su carrera y resolver problemas más complejos. Lo mismo sucederá con la automatización de las industrias de la arquitectura, las infraestructuras, la construcción y la fabricación.
La automatización ayuda al desarrollo sostenible
Existen grandes limitaciones en el mundo: recursos escasos, el impacto del cambio climático y una población en constante aumento. Esas limitaciones podrían suponer que sea aun más relevante descubrir cómo construir más, mejor, con menos.
En caso de poder automatizar con mayor eficacia, las empresas de construcción y producción podrán construir de forma más sostenible. Por ejemplo, la robótica aplicada al proceso de la construcción ayudará a que la gente pueda reusar materiales de edificios e infraestructuras por mucho menos dinero. En vez de intentar enseñar a todos como crear una práctica sostenible, los ordenadores les ayudarán a construir de forma sustentable y fiable, lo cual es crucial.
La automatización tiene la facultad de impulsar nuevas economías con el reciclaje y la reutilización de las cosas. Eso podría suceder en la industria automovilística: algunas personas argumentarán que el mundo necesita menos automóviles, pero ¿qué pasaría si los coches se fabricaran de forma más económica, más pequeños, más verdes, eléctricos y usando menos recursos?
Hay flotas enteras de trozos de metal por ahí con 15 y 20 años de antigüedad y enormes motores metálicos dentro. Si los fabricantes de automóviles pudieran producir coches de 5,000 a 10,000 dólares americanos, sustituyendo los motores de combustión internos con tecnología barata y eléctrica, ¿cuánto tardaría la gente en retirar sus viejos y contaminantes vehículos?
Los coches eléctricos son más complejos desde el punto de vista electrónico, pero mucho más sencillos desde el punto de vista mecánico. En un mundo altamente automatizado, los fabricantes podrían renovar la flota de coches del planeta rápidamente a la vez que reciclarían las materias primas ocultas en todos los coches que circulan por la carretera ahora mismo.
Nuevos conocimientos técnicos, nuevas industrias
La automatización hará que sucedan dos cosas: transformará las industrias existentes y creará otras completamente nuevas. Como resultado, la población futura tendrá que adaptarse a un ambiente laboral más sofisticado desde una perspectiva tecnológica. Los empleados pasarán más tiempo interactuando con la tecnología del que pasan hoy en día.
Las generaciones más jóvenes de diseñadores y creadores se sienten más cómodos con la tecnología que las generaciones anteriores. Están habituadas a los rápidos cambios que dicha tecnología experimenta y se adaptan a ellos según se van produciendo. Ese tipo de fluidez y adaptabilidad a la tecnología, que beneficiará más a las personas en años venideros, es esencial para el futuro de la creación de cosas.
La automatización creará inevitablemente otra explosión de sistemas informáticos como el teléfono inteligente y el Internet de las cosas. Creará también oportunidades que los seres humanos han tenido dificultad para explotar en su totalidad, porque que es más fácil que las máquinas automáticas vayan por delante y los seres humanos las sigan.
He hablado de la industrialización del espacio y de la industria que le dará soporte técnico. Se trata de un ejemplo clásico sobre cómo la automatización y la robótica expandirán más las capacidades humanas y crearán industrias completamente nuevas.
De vuelta a la Tierra, ¿qué ocurre si alguien construye un robot que pueda cruzar una calle, masticar el asfalto, procesarlo y volver a pavimentarla con el mismo material? ¿Habrá robots así? Apuesto que sí.
Las personas deberán construir y mantener esos robots, programar y coordinar los proyectos y asignar los robots a las obras. Si hubiera robots dedicados a pavimentar las carreteras y a construir puentes trabajando por todas partes mientras las personas durmiesen, reconstruyendo y renovando continuamente las infraestructuras existentes todas las noches, ¿cómo sería el mundo?
Sea cual sea el futuro de la creación de cosas, la automatización va a abrir un mundo de oportunidades. Los empleados solo tendrán que ponerse cómodos y trabajar codo a codo con sus robots.