Latam
15 /12 / 2018

El diseño y la automatización como mejores aliados de las nuevas generaciones para construir un futuro mejor

Diseñar un mundo mejor para todos forjará muy posiblemente un futuro del que todos nos podamos beneficiar.

Por Lynelle Cameron para Redshift

¿Perteneces a la nueva generación? ¿Te preocupa el futuro? ¿Pierdes el sueño pensando en el impacto de los robots y creciente automatización en tu vida y tu sustento? Si lees habitualmente los titulares de los periódicos esto es claramente comprensible. En mi caso, lo cierto es que nunca he sido tan optimista como ahora. Tenemos ante nosotros un futuro con diez mil millones habitantes en el mundo, mayoritariamente en ciudades (muchas aún sin construir). De ellos, más de la mitad disfrutará de un estilo de vida típico de las clases medias. Todo ello supondrá una alta demanda energética, una gran necesidad de recursos y la consecuente presión sobre el planeta.

Cubrir las necesidades antes mencionadas puede parecer un reto monumental, pero ante nosotros hay oportunidades de diseño únicas. Aunque se trate de una ingente tarea, creo que se puede lograr. Las razones son las siguientes: hoy contamos con un acceso sin precedentes a herramientas y tecnologías que nos permiten tomar las mejores decisiones posibles con respecto a todo lo que se fabrica y se diseña. Es una meta muy ambiciosa pero podemos conseguir que millones de personas accedan a la clase media, que exista energía disponible para todos, y que, en definitiva, podamos disfrutar de mejor calidad de vida. No va a ser tarea fácil. Para poder lograrlo debemos tener la clara intención de diseñar para muchos millones de personas y no únicamente para mil millones. Diseñar un mundo mejor para todos forjará muy posiblemente un futuro del que todos nos podamos beneficiar.
 
Intentemos visionar ese mundo futuro. Con los diez mil millones de personas que vivirán en el planeta, necesitaremos más productos, más infraestructura y más edificios. Alojar una población de esta magnitud requerirá construir 5,000 edificios diarios, empezando hoy mismo, y construyendo a ese ritmo todos los días. La única forma de hacer frente a la inevitable necesidad de tener que abastecer con más cosas a más personas es sacando partido de la tecnología. Esta no será únicamente, como hasta ahora, una herramienta de diseño, sino que se convertirá en auxiliar de diseño y herramienta cocreadora. La automatización libera el potencial necesario para diseñar ese futuro.
 
Al pensar en automatización, suele surgir la idea de los robots como agentes de cambio en la fabricación y la consecuente desaparición de puestos de trabajo. Aunque esto es cierto, la automatización es mucho más que los robots. Cabe pensar en la forma en que la automatización ha transformado los procesos de diseño y fabricación desde el dibujo técnico y el dibujo CAD en 2D, pasando por el modelado 3D para llegar ahora al diseño generativo.
 
La automatización permite sacar partido de la simulación para validar u optimizar un diseño sin tener que hacer un prototipo físico. Permite crear un modelado de información de construcción (BIM, por sus siglas en inglés) que promueve la colaboración entre arquitectos, ingenieros, y equipos de construcción para poder decidir en tiempo real interactuando entre grupos que tradicionalmente trabajaban aislados. La automatización actual permite sacar partido de las computadoras y de la nube para generar miles de opciones de diseño mediante el diseño generativo.
 
Actualmente existen algunas empresas innovadoras que aprovechan la tecnología y la automatización para su uso en la resolución de problemas de gran envergadura. Podemos citar el ejemplo de Build Change, una organización que construye viviendas resistentes a tifones y huracanes, así como escuelas en países en desarrollo. Se dedica también a formar al personal de las organizaciones gubernamentales locales y de empresas para conseguir una construcción más segura y resistente a los desastres. Mediante el uso de drones y fotogrametría, Build Change mapea pueblos remotos y hace una evaluación de los daños causados por los terremotos con el fin de que las comunidades impactadas puedan efectuar tareas de reconstrucción de la forma más eficaz y resiliente posible.
 
En el sector de la fabricación, un consorcio de la Unión Europea formado por socios del sector académico e industrial ha impulsado el proyecto SYMPLEXITY que se ocupa de desarrollar formas que permitan enseñar a los robots tareas de pulido industrial. Haciendo uso de programación algorítmica y aprendizaje automático intentan que los robots puedan realizar procesos complejos que actualmente requieren mucha mano de obra y para los que se emplea mucho tiempo. Es un ejemplo que ilustra cómo se puede emplear una mayor automatización en tareas de fabricación, liberando así tiempo para que los trabajadores puedan ocuparse de realizar mejores diseños y de hacer frente a retos de ingeniería.
 
Es normal que un aumento considerable de la automatización suscite incertidumbre y que el futuro plantee cierta inquietud. La automatización ha cambiado y seguirá cambiando la forma de trabajo, algo que sucede desde hace décadas. Pero también está cambiando y ampliando las miras de todo lo que podemos hacer. Nos brinda la posibilidad de resolver problemas de diseño de forma más rápida, fácil y elegante. Las tecnologías de la automatización mejoran y amplían las capacidades del ser humano de hacer cosas mejores y también de diseñar un mejor futuro para todos.
 
Lo que realmente necesitamos no es tener más tecnología, lo importante son las personas. Individuos que tengan una visión y unos planteamientos claros. Como podemos optimizar todo aquello que se fabrica, surgen las siguientes preguntas: ¿Qué queremos crear? ¿Qué valores aportaremos en nuestro lugar de trabajo? ¿Qué diseño pretenden aportar las personas al colaborar con las máquinas? ¿Cuál será el legado de los ciudadanos de hoy a los miles de millones de personas que en breve habitarán el planeta?
 
Trabajando unidos y haciendo bien las cosas podremos construir un futuro que no consista únicamente en tener edificios que consuman menos energía, sino en el que los edificios generen su propia energía limpia. En adelante no hablaremos únicamente de ciudades con menos polución del aire o del agua, sino también de ciudades seguras, por las que se pueda caminar, inclusivas y con barrios que unan a las comunidades en lugar de dividirlas.
 
Los recursos del planeta son limitados y tendremos que diseñar y fabricar más generando menos impacto. Mi motivación radica justamente en tener ante nosotros la oportunidad de hacer las cosas mejor, para que en el futuro haya energía abundante, renovable y limpia, para que se fabrique y construya de forma circular y los materiales se utilicen y reutilicen sin ni siquiera tener que pensar en los desperdicios, un futuro formado por comunidades resilientes.
 
Es perfectamente posible. Contamos con la tecnología necesaria y el ser humano ya no tiene que hacerlo porque la automatización es un aliado de la humanidad, que nos permite mejorar nuestra capacidad y hacer cosas mejores.
 
En tanto que líderes de las nuevas generaciones de trabajadores, podremos construir ahora sobre unos cimientos que ya existen. Estamos comprometidos con el futuro, queremos saber de dónde vienen los productos que consumimos, nos importa que la empresa para la que trabajamos comparta nuestros valores. No debemos tener miedo de asumir riesgos ni de apostar a lo grande. Hoy contamos con la tecnología necesaria para sacar más partido de nuestra energía, nuestro talento, de nuestras competencias y de la pasión para diseñar un futuro mejor.