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23 /06 / 2019
Cómo las gafas inteligentes dan vía libre a un túnel y una terminal en el aeropuerto de Los Ángeles
Si tu empresa se está planteando emplear cámaras inteligentes de 360 grados en 4K o gafas de realidad aumentada para obtener este tipo de datos, utilizarlas en un caso práctico puede ser el primer paso para obtener la máxima rapidez, eficacia y precisión.
La visión en túnel (o atención selectiva a un único objetivo ignorando oportunidades y riesgos periféricos) puede hacer que incluso el proyecto más sólido se tambalee. Cuando además hablamos de la construcción de galerías o túneles físicos, el sentido figurado se vuelve literal.
La empresa Corgan, experta en diseñar aeropuertos, lo experimentó en primera persona en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles (LAX) durante la ejecución de la explanada satélite Midfield (MSC, por sus siglas en inglés). La construcción de este proyecto de 1600 millones de dólares estadounidenses, que comenzó a principios de 2017, incluye una explanada de 70 000 metros cuadrados, una galería de instalaciones y otra de pasajeros que conectan con la terminal internacional Tom Bradley (TBIT). Estas galerías tienen unos cuatrocientos metros de longitud y también alojan un nuevo sistema de transporte de equipajes.
La directora del proyecto, Monica Sosa, pensó que Corgan podría sacar partido de las gafas inteligentes DAQRI, que ofrecen realidad aumentada (RA) portátil donde la información digital se superpone al entorno físico y permite visualizar modelos 3D durante la construcción del edificio. Además, las gafas se conectan a internet, de modo que el arquitecto, el promotor, los técnicos y el resto de intervinientes pueden visualizar la obra sin necesidad de desplazarse.
Sosa accedió a unos fondos de CorganCreate, un comité interno encargado de fomentar la innovación dentro de la empresa. También adquirió una cámara Matterport de 3D, que captura imágenes de 360 grados con una resolución 4K y las superpone a la información gráfica para generar modelos 3D de alta resolución.
“La primera fase de la galería tenía unos 175 metros de largo, lo que supone casi 1700 metros cuadrados ―explica Sosa―. El equipo tuvo que hacer 46 escaneos para registrar las dimensiones físicas de todo el conjunto y luego generamos una nube digital de puntos y compartimos toda esa información con el equipo de proyecto. Todo el escaneado en obra duró menos de una hora, y procesar los datos en la nube llevó unas siete horas y media”.
Corgan ideó diversas maneras de emplear estas nuevas tecnologías. A continuación exponemos tres de las más eficaces. Si tu empresa se está planteando emplear cámaras inteligentes de 360 grados en 4K o gafas de realidad aumentada para obtener este tipo de datos, utilizarlas en un caso práctico puede ser el primer paso para obtener la máxima rapidez, eficacia y precisión.
1. Validación del edificio construido
Durante la construcción, emplear conjuntamente gafas de RA y una cámara inteligente puede ayudar a los arquitectos y el constructor a cotejar la situación real con el diseño del proyecto inicial o los cambios posteriores.
Esta posibilidad ha sido muy útil en el LAX, donde Corgan tiene que colaborar en el proyecto de la explanada Midfield con diversos consultores y el equipo de diseño. Tras escanear la galería de instalaciones, Corgan volcó los datos obtenidos a un archivo de nube de puntos que puede generar un modelo en ReCap o Revit, ambos de Autodesk. Este archivo vectorizado también puede editase con AutoCAD y Navisworks. Las gafas se conectan a BIM 360 Docs y permiten ver in situ los modelos 3D.
Superponer la nube de puntos de la galería una vez construida con el diseño de proyecto permitió a Corgan validar la construcción para sus futuros usuarios y verificar los criterios de diseño. En un caso, la superposición reveló que un conjunto de conductos se había instalado a una altura mayor que la de proyecto. Aunque este error no revestía ninguna importancia, en otro proyecto podría haber sido fuente de problemas graves.
El objetivo es descubrir errores antes de ejecutarlos, no después. Por eso, es buena idea que los equipos de proyecto utilicen las gafas para referenciar el diseño en obra conforme se construye.
En otra ocasión, durante la reforma del LAX, los modelos de diseño mostraron un elemento que los trabajadores habían tomado por una típica viga de acero. En realidad, se trataba de una viga carril en la que debía colocarse un polipasto para abrir las tapas de unos pozos sépticos. “En una visita de obra observamos que de la viga carril colgaban un montón de conductos ―recuerda Sosa―. Si los instaladores hubieran podido colocarse las gafas, habrían visto el polipasto en el modelo 3D y se habrían dado cuenta de que esas canalizaciones no podían discurrir bajo aquella viga. Lamentablemente, hubo que desplazar los conductos, con la consiguiente pérdida de tiempo y dinero”.
2. Asesoramiento remoto
No solo los constructores valoran muy positivamente la exactitud y coordinación que obtienen al trabajar en obra con modelos 3D; los promotores del proyecto están entusiasmados con la posibilidad de establecer una conexión remota con la obra mediante las gafas de RA.
Como explica Sosa: “Al propietario le da igual ver un modelo en obra, porque no necesita coordinar nada. Lo que más le preocupa es el resultado final del proyecto. Con unos pares de gafas, cualquiera puede participar en las decisiones de obra sin moverse de su oficina”.
En efecto, cuando un trabajador de la obra se pone las gafas DAQRI puede reproducir en línea y a tiempo real todo lo que ve. Desde cualquier otro lugar, el espectador tiene la opción de comunicarse con él a través de las gafas, e incluso dibujar en la pantalla y señalar objetos al trabajador en su propio campo de visión. Las gafas también permiten grabar vídeos. Este tipo de herramientas resulta muy útil para los ejecutivos que quieren estar al tanto de la construcción, o para miembros del equipo con limitaciones físicas que no pueden visitar la obra porque es peligrosa o tiene un difícil acceso.
La formación de personal también puede sacar partido de estas nuevas tecnologías. “El usuario final ve lo que tú ves, y tú puedes verlo a él ―explica Sosa―. Es como un FaceTime directamente en las gafas. Imagina que estás a cargo del mantenimiento, que necesitas arreglar algo y no sabes cómo. Puedes conectarte con un experto para que te guíe durante todo el proceso. Además, puedes grabarlo y usarlo para formar a los nuevos empleados. Es muy práctico”.
3. Visualización de datos
Las obras en construcción experimentan cambios continuos, por lo que Sosa afirma que la visualización de datos es una de las aplicaciones más prometedoras de las gafas inteligentes de RA y de la digitalización de elementos existentes. Durante los dos años y medio que ha durado la construcción de la galería de instalaciones de la MSC del aeropuerto de Los Ángeles, sus colaboradores han probado las gafas inteligentes para crear y actualizar una lista digital de tareas pendientes. También llevaron a cabo escaneos con una cámara inteligente que les permitía
Sosa nos cuenta que buscaban cómo registrar los problemas en un mundo virtual: “Se nos ocurrió escanear el proyecto y etiquetar los temas pendientes”. El equipo de Corgan aplica a las etiquetas distintos colores de acuerdo con el equipo encargado de resolverlos.
Gracias a las gafas de RA, los miembros del equipo pueden recorrer la galería y etiquetar digitalmente los problemas que encuentran, como fisuras. Cada etiqueta está referenciada a un modelo 3D con vínculos a solicitudes de información (RFI), detalles constructivos, imágenes adicionales o etiquetas prestablecidas, así que cualquier trabajador puede utilizar las mismas gafas para localizar los problemas pendientes, encontrar la causa, estar al tanto de su evolución y, finalmente, resolverlos.
Esta primera experiencia de Sosa con las gafas inteligentes la han convencido de que la captación de la realidad y las gafas inteligentes de RA son una combinación ganadora, con un gran potencial conforme avance la tecnología: “No sé qué nos deparará el futuro, pero estoy segura de que va a ser alucinante”.