Latam
10 /07 / 2019
Cinco formas de conseguir edificios de energía neta nula antes de 2030
¿Será posible construir edificios con certificación de energía neta nula, obtenida al cien por cien de fuentes renovables, y que no generen emisiones de carbono para 2030?
Según el World Green Building Council, casi un 40 por ciento de las emisiones efecto invernadero proviene de los edificios. Afortunadamente si utilizaran energía renovable, su contribución a la reducción total de emisiones para 2030 podría alcanzar el 43 por ciento.
El quid de la cuestión es saber si para 2030 será posible construir edificios con certificación de energía neta nula, obtenida al cien por cien de fuentes renovables, y que no generen emisiones de carbono, tal y como queda expresado en la iniciativa global Architecture 2030.
Según un par de expertos en energía de Dekker/Perich/Sabatini (D/P/S), una firma de arquitectura especializada en diseño ecológico con sede en Albuquerque, EE. UU, la respuesta es un sí rotundo, tratándose además un asunto claramente acuciante.
“Cabe esperar que si empezamos a cambiar pronto las cosas, los cambios en el clima empiezarán a ralentizarse también antes, en lugar de agravar la situación”, comenta Aaron Ketner, experto de D/P/S en energía. “Cuanto más esperamos, más y más rápido empeora la situación. Es como un barco de gran tamaño que va ganando velocidad al mismo tiempo que intentamos hacer que vaya más despacio”.
Para quienes son reticentes a estos cambios y que operan en el sector de la arquitectura, la ingeniería o la construcción, demostrarles este posible impacto en términos reales les ayuda a cambiar de perspectiva. “Una vez hayamos demostrado las ventajas económicas todo irá sobre ruedas”, señala Luc Wing, analista de construcción de D/P/S.
Si queremos que la construcción de edificios de energía neta nula sea una prioridad para antes de 2030, hay que tener en cuenta cinco elementos clave. Según Wing y Ketner afortunadamente ya hoy podemos usarlos.
1. Concienciar mediante la educación
Cada vez más, tanto propietarios de edificios como inquilinos empiezan a conocer de primera mano el valor que aportan las construcciones de alta eficiencia energética. Ketner comenta que “con mayor frecuencia, un más alto número de personas opta por espacios eficientes y por facturas más económicas. Tradicionalmente, un arrendatario se mudaba a un edificio y se sorprendía cuando le llegaba una factura muy alta. Si le indicamos todo aquello que es posible hacer mediante el diseño inteligente y el ahorro energético, aportamos valor haciendo que aumente más aun la demanda por este tipo de edificios”.
Podemos citar el ejemplo de un reciente proyecto de viviendas familiares diseñado por D/P/S y en el que se cubrió el estacionamiento con paneles fotovoltaicos. Esta decisión permitió abaratar las facturas de estas viviendas destinadas a personas de bajos ingresos. Por otra parte, al calentar el agua del edificio mediante paneles solares instalados en la cubierta, la red no se sobrecarga tanto, lo que beneficia no solo a los inquilinos, sino también a los contribuyentes. Como valor añadido, Ketner indica que este edificio “encaja armoniosamente dentro del barrio, disipando ideas anticuadas que ciertas personas tienen con respecto a viviendas para personas con bajos ingresos”.
2. Planificación comparada
A medida que los compradores reciben más información, es inevitable que consideren la eficiencia energética como una prioridad en los procesos iniciales de la planificación. Para Wing esto es algo positivo, dado que si se trabaja con Revit o Insight, de Autodesk, su equipo puede estudiar los condicionantes del lugar adecuando la forma y el tamaño del edificio para maximizar la eficiencia energética en ese emplazamiento y en ese entorno. “Cuando los compradores o promotores vienen a hablarnos y a explicarnos sus prioridades, podemos indicarles cuáles son los costos y demostrar que todo aquello que prioricen puede afectar las facturas de los suministros y otros temas relacionados con el edificio”, comenta Wing. En resumen, esta forma de operar sienta las bases para los edificios de alta eficiencia donde, si se hacen análisis más específicos, pueden aparecer nuevas oportunidades de ahorro.
3. Análisis condicional
Cuando el propietario de una empresa o edificio prioriza la eficiencia energética, los analistas de la construcción pueden aportar ahorros específicos. Hay distintos factores a tener en cuenta tales como el aprovechamiento de las sombras en ciertas situaciones, o el impacto que pueden tener ciertos elementos en el consumo energético, tales como la iluminación interior o la orientación del edificio.
Wing recuerda que en una ocasión un cliente quería ahorrar eliminando todos los sistemas de control solar del edificio. Gracias a las herramientas de análisis de soleamiento e iluminación natural de Revit, Wing indica que pudo sopesar el impacto económico, añadiendo que “es frecuente que los clientes digan que no pueden permitirse sistemas de control solar pero gracias a la ayuda que brindan estas herramientas podemos demostrarles cuánto dinero queda para instalarlos si lo comparamos con una mayor cantidad por ahorros en facturas”.
El análisis condicional incluye la radiación solar y planificación para paneles, los parámetros de energía renovable, mejoras de iluminación interior, la transmitancia térmica, e incluso análisis del viento, que puede demostrar cómo se acumularán la nieve y el hielo en ciertos túneles de viento.
4. Auditoría energética continua
Aun habiendo construido un edificio logrando la mayor eficiencia energética imaginable, sus ocupantes pueden sabotearlo sin querer. Según Ketner, “es habitual que haya descuidos como dejar las ventanas o las persianas abiertas, o que los computadores queden encendidos toda la noche, cosas habituales”.
Según Ketner “dado que las fugas de aire, dejarse encendidos los aparatos electrónicos, o los derroches en el consumo energético doméstico pueden tener consecuencias desastrosas para los edificios de emisiones netas nulas, es importante educar a sus ocupantes sobre cómo comportarse en su interior. Hay muchos imponderables cuando un edificio ya está terminado. Lo que sí podemos hacer es explicar que somos los expertos en alta eficiencia energética, hemos diseñado el edificio y podemos mostrarles hoy mismo algunas de las características de que dispone”. La capacitación debe proseguir una vez se haya instalado el último panel solar y, para que el edificio siga siendo de emisiones netas nulas, los propietarios deberán realizar auditorías energéticas.
5. Gastar ahora para ahorrar después
Los costos posiblemente constituyan la principal razón por la que tantas personas sean reacias a adoptar el concepto de diseño de edificios de energía neta nula. A medida que baja el precio de las tecnologías de eficiencia energética, los compradores empezarán a estar convencidos.
Ketner comenta “hice un cálculo energético comparativo para un cliente basándome en los precios de las facturas de hoy, algo sumamente importante teniendo en cuenta los posibles costos más elevados del próximo año. Según mi cálculo, si comparamos con el precio promedio estadounidense para ese tipo de edificio, el ahorro puede sumar dos millones y medio de dólares en concepto de facturas de los próximos 30 años, una cifra aun mayor si las facturas suben. Se trata de una cantidad que puede equivaler a la construcción de un edificio nuevo.
Añade que “en Estados Unidos, los edificios consumen alrededor del 75 por ciento de la demanda eléctrica de país. Esta proporción puede cambiar radicalmente con la construcción de edificios de energía neta nula”.
Aparte de reducir la huella de carbono, nos comenta que el diseño sostenible “nos permite tener edificios queridos y cuidados, lo que constituye la mejor estrategia medioambiental imaginable porque para salvar el planeta no basta con un solo edificio; se necesita todo el conjunto. Creo que lo podremos lograr en los próximos 10 años”.